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lunes, 5 de marzo de 2012

EL RINCON DE LOS VALORES: SOLIDARIDAD



CUENTO DE LA SOLIDARIDAD

LA ABEJA REINA.

Tres hermanos habían partido, cada uno por su lado, en busca de fortuna. Los mayores eran apuestos e inteligentes. El menor, llamado Benjamín, no tan guapo y un poco distraído. Meses después se encontraron. Los grandes se rieron de Benjamín y le comentaron: “Si nosotros, con todo nuestro ingenio no hemos podido salir adelante, cómo quieres hacerlo tú, siendo tan bobo?”Andando, llegaron a un hormiguero. Los mayores quisieron revolverlo para divertirse viendo cómo corrÌan los asustados insectos. Pero BenjamÌn intervino—Déjenlas en paz. No las molesten.
Pasos más adelante encontraron un lago con docenas de patos silvestres. Los mayorespropusieron apoderarse de un par de ellos para asarlos y comerlos. Pero Benjamín se opuso: —Déjenlos en paz. No los molesten.
Por último, en el tronco de un árbol, hallaron una colmena. Producíaa tanta miel que ésta escurríaa por las ramas. Los hermanos mayores planeaban encender una hoguera para hacer un espeso humo, expulsar a las abejas y comerse toda la miel. Pero Benjamín salió en su defensa: —Déjenlas en paz. No las molesten.
Cansados de caminar sin rumbo, llegaron finalmente a un pequeño pueblo donde, por efecto de un hechizo, todos los animales y los habitantes se habÌan convertido en figuras de piedra. Entraron al gran palacio. La corte y el rey habían sufrido el encantamiento de otra manera: habían caído en un sueño profundo. Tras recorrer las galeríaas los tres hermanos llegaron a una habitación donde habÌa un hombrecillo de corta estatura.
Al verlos, éste no les dijo nada. Simplemente los tomó del brazo y los condujo a una mesa donde estaban servidos ricos manjares.
Cuando terminaron de cenar, sin pronunciar palabra, llevó a cada uno a un confortable dormitorio. Los tres durmieron un sueño reparador, y despertaron llenos de energía al día siguiente. El hombrecillo fue por el hermano mayor y lo llevó a una mesa de piedra para darle de desayunar. Sobre ella estaban escritas las tres pruebas que debía superar para librar al pueblo del encantamiento.
La primera era ésta: en el bosque, bajo el musgo, estaban las mil perlas de la princesa. Había que buscarlas todas antes de que el sol se pusiera y traerlas al palacio. Si no las hallaba, él mismo se convertirÌa en piedra.
El mayor fue pero, a pesar de su esfuerzo, sólo halló cien, y se convirtió en piedra.
Al día siguiente, el segundo hermano realizó la prueba, pero sólo halló doscientas y también se convirtió en piedra. Llegó el turno de Benjamín. Éste llegó temprano y se puso a buscar en el musgo. Casi no encontraba ninguna y se sentó en una piedra a llorar de aflicción. Pero por allÌ andaba el rey del hormiguero que él habÌa salvado. Veníaa acompañado de cinco mil hormigas para ubicar las perlas.En muy poco tiempo habían encontrado todas y las juntaron en un montón.
Cuando volvió al palacio para entregarlas, BenjamÌn encontó que le esperaba la segunda prueba. La llave de la alcoba de la princesa se habÌa caÌdo al fondo del lago. Era necesario recuperarla. Al llegar a la orilla vió a los patos que había protegido de sus hermanos. Todos se sumergieron bajo el agua y, en cuestión de minutos, uno traía la dorada llave en el pico. La tercera prueba era la más difÌcil. Entre las tres hijas del rey, que estaban dormidas hacÌa meses, había que escoger a la menor, que era la más buena.
El problema es que eran muy parecidas. Sólo las diferenciaba un detalle. Las dos mayores habÌan comido un terrón de azúcar, y la menor, una cucharada de miel. “¿Qué haré?” pensó Benjamín muy apurado. Pero entonces, por la ventana entró volando la reina de las abejas y se posó en la boca de la que habÌa comido miel. De este modo, Benjamín reconoció a la más buena. En ese mismo instante se rompió el encantamiento. Los habitantes del palacio despertaron y todas las figuras de piedra recuperaron su forma humana. Benjamín se casó con la princesa más joven y, años después, llegó a ser rey. Sus hermanos, liberados también del hechizo, se casaron con las otras dos hermanas.

—Adaptación de La abeja reina de los Hermanos Grimm

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